lunes, 24 de junio de 2013

Ejercicios para combatir la artritis reumatoide II

Como os prometimos, aquí tenéis un par de ejercicios más que os ayudarán a paliar los efectos de la artritis reumatoide:

Situados de pie frente al borde de la piscina y sujetos a él para mantener mejor el equilibrio. A continuación, nos colocamos en una posición tal que la separación entre los pies sea igual al ancho de los hombros asegurándose, además, de mantener el cuerpo rígido. Una vez conseguida la postura adecuada:



1. Levantar la rodilla hacia la superficie del agua y, luego, bajarla. Repetir el movimiento con la otra pierna.

2. Sin flexionar la rodilla y desde la cadera, extender la pierna lateralmente. Es importante mantener los dedos hacia fuera y no doblar el tobillo. A continuación, debe bajar la pierna y repetir el mismo movimiento con la pierna contraria.

3. Sin flexionar la rodilla y nuevamente desde la cadera, extender la pierna hacia atrás. Bajar la pierna y repetir el ejercicio con la pierna contraria.

4. Con los pies totalmente apoyados sobre el suelo de la piscina, debe agacharse hasta situarse en cuclillas. Es importante asegurarse de que las rodillas no queden por delante de los dedos de los pies. A continuación, haciendo fuerza con los glúteos, debe volver a la posición inicial, de pie.

Otro ejercicio interesante es situado de pie, asegurándonos de que la separación entre los pies sea igual al ancho de los hombros, con el agua al menos hasta la mitad del pecho. Una vez en esta posición:

1. Colocando los brazos a los lados, sin flexionar los codos y con las palmas hacia dentro, el paciente debe doblar la cadera deslizando al mismo tiempo la mano hacia abajo por la parte exterior de la pierna, hasta llegar a la rodilla. Después, tras recuperar la posición inicial, repetirá el ejercicio en el otro lado del cuerpo. Es importante no inclinarse hacia delante o hacia atrás mientras se realizan los ejercicios.

2. Colocar los brazos en una tabla o en un flotador y cruzar los brazos por delante a la altura de los hombros. A continuación, manteniendo los pies apoyados totalmente en el suelo y con las rodillas apuntado hacia delante, el paciente debe girar la cabeza y el cuerpo hacia un lado (siempre el tronco, no las piernas). Una vez más, tras recuperar la posición inicial, se deberá repetir el ejercicio hacia el otro lado.

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