Hoy queremos explicaros como conservar el té para que no pierda sus propiedades, ni tampoco su sabor original. Es importante recordar que el té es un producto vivo, orgánico, y como tal, delicado, por eso es fundamental almacenarlo en un lugar fresco, seco y oscuro, preferentemente en una lata o bote opaco y hermético.
Debe consumirse durante el primer año, ya que puede perder cualidades una vez pasado este periodo de tiempo, que puede verse reducido si la forma de conservación no es la correcta.
Es recomendable mantener el té lejos de olores fuertes ya que, al ser un material poroso y en estado seco, absorbe olores fácilmente. Esta cualidad, tiene su lado positivo también, ya que es la que permite preparar deliciosos tes aromatizados con frutas o flores. Sin embargo, como decíamos también provoca que todo olor indeseado pueda ser absorbido y estropear así el sabor del mismo. Por eso, insistimos de nuevo, es recomendable que el recipiente de conservación sea hermético, ya que no sólo impedirá que el aroma del té se pierda sino que también servirá de barrera para agentes externos como humedad u olores.
El más delicado de todos los tes, es el té verde. Aunque se almacene correctamente, sus cualidades sólo permanecerán inalteradas durante semanas y no meses, por lo que para alargar lo más posible su plena riqueza y frescura lo mejor es conservarlo en la nevera o incluso el congelador, siempre teniendo mucho cuidado de que el recipiente en el que se conserve sea absolutamente hermético.
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