Este tipo de piel es bastante complicada durante la adolescencia pues, por lo general, suele desarrollar muchos granitos e impurezas. Sin embargo, una vez pasa este período, es el tipo de piel más terso que existe y, por tanto, el que menos arrugas tiene. No obstante, debemos seguir una rutina de cuidado que nos permita mantenerla perfecta.
En primer lugar, debemos desmaquillarnos siempre por la mañana, con leche limpiadora mejor que con gel, porque ésta arrastra más la suciedad, y los geles a veces producen un desequilibrio del Ph cutáneo.
Después, pasar un tónico astringente para conseguir este equilibrio óptimo en la piel y reducir la secreción sebácea. En el caso de que tengamos demasiada grasa, es necesario utilizar suero o un fluido hidratante rico en ácido hialurónico. Pero si, por el contrario, es más entre mixta y normal, deberíamos aplicar encima una crema oxigenante, libre de grasas.
A la hora de maquillarnos, debemos elegir bases libres de aceites y matificantes, normalmente son más adecuadas las versiones compactas. Y tras la base, aplicar unos polvos traslúcidos para evitar brillos.
Por último, para un mayor cuidado, os traemos un exfoliante natural que nos ayudará a mantenerla perfecta si nos lo realizamos una vez a la semana:
Mascarilla de limón y azúcar
- En primer lugar, mezclamos azúcar y limón y hacemos una especie de ungüento.
- Aplicamos por toda la cara insistiendo principalmente en la zona T. Nos centramos en esta acción durante unos cinco minutos.
- Retiramos con agua templada y algodón.
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