Después de practicar deporte, o haber realizado un gran esfuerzo
físico, nuestro cuerpo necesita rehidratarse y recuperar algunas de las sales
minerales perdidas durante la actividad física. Si quieres ahorrar dinero, además de ganar en salud, nada mejor
que beber rooibos como bebida isotónica al
finalizar tu rutina de ejercicio.
El rooibos es un maravilloso antioxidante
y gracias a su contenido natural en calcio, magnesio, flúor y vitamina C beneficia a todos aquellos que realizan
actividad física.
Recompone rápidamente las sales minerales
perdidas en el deporte, por lo que es más que idóneo tomarlo después del
entrenamiento. Además tiene un efecto relajante
por lo que el descanso mental y físico está garantizado para las horas
posteriores.
Simplemente prepáralo en casa, utilizando unos 15 gramos por litro de
agua y dejálo infusionar unos 10 minutos. Después espera a que enfríe, viértelo
en una botella y guarda en tu mochila. El rooibos está delicioso tanto frío
como caliente. Si quieres puedes añadir algo de azúcar para evitar agujetas, aunque el sabor del rooibos es dulce de
modo natural.
Lo mejor de todo es que esta bebida es apta para todo tipo de
personas, pues no contiene ningún excitante, por lo que pueden tomarlo también
ancianos que caminan para mantenerse en forma o niños tras finalizar sus
actividades deportivas extraescolares. Hoy en día existen numerosas recetas:
con chocolate, frutas, especias…así que ¡elige la que más te guste!
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