Un estudio en el que han colaborado la UPV/EHU y el Instituto Karolinska de Estocolmo (Suecia) destaca que una prolongada lactancia materna reduce el riesgo cardiovascular en niños y adolescentes. La investigación, que se ha realizado sobre niños y adolescentes suecos y estonios, concluye que al crecer los niños que han recibido al menos tres meses de lactancia materna exclusiva presentan mejoras evidentes en su salud cardiovascular respecto a los que han sido alimentados principalmente con biberón.
Los resultados de estos trabajos, publicados en la edición de enero de la revistas American Journal of Clinical Nutrition, la más importante del mundo en el campo de la nutrición, y en Archives of Pediatrics and Adolescent Medicine y en los que también han participado Jonatan Ruiz y Francisco Ortega de la Universidad de Granada y Helle Loit, Jaanus Harro, Inga Villa, Toomas Veidebaum y Michael Sjostrom del Instituto Karolinska, revelan que los niños lactantes presentan mejores valores en capacidad aeróbica, niveles de colesterol, inflamación o presión sistólica.
En las pruebas, además de tomar ciertas medidas como talla o peso, se realizaron análisis de sangre en los que se detectaron los valores de inflamación o el fibrinógeno, cuya presencia se relaciona con una mayor coagulación de la sangre lo que aumenta el riesgo de arteriosclerosis, y además de estos análisis, se midió la capacidad aeróbica de los participantes mediante pruebas de esfuerzo.
Esta es la primera investigación en la que todos estos factores han podido ser tenidos en cuenta, en parte por el alto coste económico que supone su evaluación, y también, porque como sucede en el caso de la capacidad aeróbica máxima, éste ha sido un factor de riesgo cardiovascular desconocido hasta hace poco.
En la actualidad, distintos trabajos han demostrado que la capacidad aérobica máxima es un marcador de salud cardiovascular, y uno de los mejores predictores de mortalidad en individuos de todas las edades.
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