El ácido hialurónico (AH) es un polisacárido
(azúcar) de formación natural y de textura viscosa que se encuentra en la
sinovia, humor vítreo y tejido conjuntivo colágeno de numerosos organismos. En
seres humanos, la mayor cantidad de ácido hialurónico reside en el tejido cutáneo,
7-8 gramos por adulto medio, lo que representa más o menos el 50% del total que
tiene un ser humano.
Este tipo de ácido es un lubricante natural del
cuerpo, además de ser un portador de vitaminas y minerales. El proceso de
lubricación permite que la piel se adapte a las alteraciones de forma y volumen
que tienen lugar cuando se mueven los huesos y los ligamentos.
Su uso en cosmética se conoce desde 1996. La
característica más importante del ácido hialurónico como relleno dérmico es su
capacidad para retener líquido, es decir, para atraer agua. Esta capacidad de
retención es de miles de veces su peso. Cuando envejecemos disminuye la
cantidad de ácido hialurónico de la piel, dado que las células cutáneas van
perdiendo su capacidad de producción. Además, el peso molecular del ácido
hialurónico disminuye con la edad, de tal modo que ya no conserva el agua como
lo hacía anteriormente. Esta reducción de volumen da origen a las arrugas.
La función principal del ácido hialurónico es
como material de relleno en cirugía estética, utilizándose en implantes y
rellenos. Además de eliminar las arrugas y pliegues de la piel, estimula la
producción natural de colágeno. Sus principales usos son para aumentar el
volumen de labios y pómulos, así como para eliminar las arrugas y pliegues de
la piel. El ácido hialurónico también se administra para reducir las cicatrices
del acné severo y otros problemas cutáneos que ocasionen pérdida de piel.
El ácido hialurónico se inyecta donde no hay
músculo, justo bajo la piel donde está la arruga. No necesita test de alergia y
se integra de manera natural en los tejidos sin producir fibrosis por reacción
a cuerpo extraño y, por lo tanto, sin alterar las características de la piel.
Además, el ácido hialurónico es una sustancia compatible con todos los tejidos,
por lo tanto no requiere de ningún tipo de prueba cutánea como ocurre con el
colágeno.
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