viernes, 7 de marzo de 2014

Aceites naturales para el cuerpo



Los aceites corporales son uno de los placeres desconocidos del cuidado diario del cuerpo, válidos para toda la familia. Hay que usarlos después de la ducha con la piel aún húmeda, extender bien y dejar secar mientras se disfruta envuelto en una toalla o albornoz.

Aceite de almendra
Es uno de los aceites naturales para el cuerpo más usados y demandados. Se puede utilizar solo o combinado con un aceite esencial.
Ayuda a conservar la juventud de las capas superiores de la epidermis previniendo, al mismo tiempo, la descamación. Es eficaz en los procesos de alergia, hidrata y reafirma la piel.

Aceite de argán
Con las semillas de argán se fabrican, también, jabones y ungüentos. El aceite deja la piel suave, tersa y joven. Combate las arrugas profundas, el desgaste producido por la climatología extrema (viento, frío o sol) e, incluso, por condiciones de vida poco adecuadas (ocio nocturno, tabaco, alcohol o mala alimentación). Sirve para las quemaduras y las contracturas.


Aceite de jojoba y aguacate
El de jojaba se extrae por presión en frío de las semillas del árbol homónimo. Oriundo de América, se utiliza, además, para desmaquillar y para el pelo. Es uno de los mejores aceites naturales para el cuerpo ya que no deja grasa y equilibra todas las pieles, desde las más secas hasta las que sufren de acné.
El de aguacate, es mucho más espeso y nutritivo. Como el fruto del que procede, es rico en vitamina E y, por tanto, apto para pieles desvitalizadas en extremo.

Aceites esenciales y perfumados
Este tipo de productos, salvo excepciones, rara vez se utilizan de forma pura en los tratamientos cosméticos. Suelen ir combinados con otros aceites de base (aguacate, girasol, germen de trigo, almendra…) para conseguir el efecto deseado. Sin ánimo de dar una lista exhaustiva los más comunes (también he puesto los que más me gustan) son los que siguen:
  • Rosa mosqueta, un clásico, con propiedades regenerativas, es apto para pieles muy secas, estropeadas, maduras o con arrugas profundas. Ayuda a la cicatrización de las heridas. En este caso se puede utilizar puro. 
  • Caléndula, habitual en el baño de niños, bebés y personas con problemas de alergia. Calma, nutre, suaviza y elimina la irritación.
  • Árnica, necesario para deportistas o cuando se ha realizado un ejercicio intenso.  También sirve para las contusiones, golpes y en la reparación de la flebitis.
  • Granada, a su delicioso olor se unen efectos antioxidantes y antienvejecimiento.
  • Abedul, imprescindible para realizar masajes anticelulíticos por sus propiedades antiinflamatorias, tónicas y diuréticas.
  • Lavanda, otro clásico del baño, es relajante y combate el estrés. Es apto para bebés, niños nerviosos y para adultos con problemas de ansiedad.
  • Onagra, aliado de la mujer menopáusica, es válido para pieles desvitalizadas, secas o con acné por su acción bactericida.
Y lo mejor es que puedes utilizar más de uno, dos o tres, según tus necesidades o estado de ánimo. Los aceites naturales para el cuerpo no solo son un placer para los sentidos, además, son más eficaces que la mayoría de las cremas corporales que hay en el mercado. De forma tópica no tienen contraindicaciones.

Como vemos son muchos los usos cosméticos de los aceites corporales y tan variados que seguro que encontraremos los más adecuados para nuestro tipo de piel.

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