Durante el embarazo debes tomar precauciones con las
infusiones y el té. Te explicamos qué puedes consumir y qué no.
Las infusiones Por lo general, no consideramos peligrosas las infusiones, pero en realidad son muy poderosas, ya que provienen de hierbas con propiedades medicinales. Algunas infusiones pueden provocar problemas durante el embarazo. Otras, en cambio, son beneficiosas para tratar algunos trastornos propios de la gestación.
• Ardor de estómago. Son eficaces las plantas ricas en mucilágenos, sustancias que ejercen una acción antiinflamatoria en las mucosas, dado que forman una película protectora contra las irritaciones. Están aconsejadas: la malva, la altea, el lino (las semillas) y la berza (el zumo fresco).
• Estreñimiento. Las mismas hierbas ricas en mucilágenos también son muy eficaces contra el estreñimiento, puesto que estas sustancias absorben el agua, se hinchan y estimulan los movimientos de las paredes intestinales.
• Náuseas y vómitos. Se combaten, sobre todo, con infusiones de menta y de raíz de jengibre.
• Varices y hemorroides. Las bayas del ciprés contienen sustancias tonificantes venosas y vasoconstrictoras, al igual que las semillas y la corteza del castaño de Indias y el arándano negro.
• Cansancio y somnolencia. Contra la fatiga propia de algunos meses del embarazo va muy bien tomar infusiones de romero y de salvia.
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