El té negro es uno de los más populares
en todo el mundo. Y bien ganado se tiene su prestigio, debido a su sabor y
propiedades. Algunas propiedades del té negro son muy interesantes, tales como
la de poseer antioxidantes, ser saciante, bajo en calorías y bueno para
el estómago, entre otras virtudes. El té negro cuenta con una larga
historia a sus espaldas. De hecho, fue empleado como moneda de cambio durante
mucho tiempo, debido a que no pierde su sabor con el tiempo.
Para elaborar esta variedad las hojas frescas de
la Camelia Sinensis pasan por un proceso de oxidación completo que transforma
el color verde original de la hoja en un marrón oscuro, haciendo que los aromas
se tornen más complejos. Las infusiones resultantes tienen un color ámbar, con
cuerpo y sabor intensos. Se trata de la variedad más estimulante,
ya que la oxidación favorece la liberación de la teína en la infusión.
Para su fabricación se enrollan las hojas
cosechadas después de marchitarse. En este proceso se rompen las paredes de las
células ocasionando la pérdida del líquido celular. Se continúa con el proceso
de fermentación de 35 a 40°C, en el que las hojas por la oxidación se coloran
de tonos que van desde un marrón rojizo, hasta un negro intenso. Finalmente a
través del proceso de secado, el té se puede conservar hasta que una vez en la
tetera pueda desplegar sus finos aromas. El té negro contiene curtientes y
minerales, al igual que vitaminas, aceites etéreos y teína. Sin embargo, en
comparación con la caféína ésta actúa más despacio en el organismo. Los
curtientes actúan de forma relajante en el estómago. Para su preparación es
importante saber lo siguiente: La intensidad de su sabor varía drásticamente
dependiendo del tipo, así que cada uno debe ser preparado de acuerdo a pautas
individuales.
Tiempo de infusión:
- Te negro clásicos: 4 a 5 minutos
- Té Darjeeeling: 3 minutos
- Té de hojas rotas (Broken): 3 a 4 minutos
- Temperaturas del agua: 95ºC
No hay comentarios:
Publicar un comentario