Para reforzar bien nuestras defensas durante los meses de
invierno, deberíamos tomar al menos dos raciones de verdura y dos piezas de
fruta al día, ya que en invierno, con el frío, el estrés y la contaminación
atmosférica, el sistema inmunológico se debilita mucho.
Hay que dar preferencia a las sopas de verdura, ya que
sacian, calientan y tienen pocas calorías, así como volver a descubrir los
típicos platos tradicionales, como los potajes de la abuela, los purés de
legumbres llenas de proteínas vegetales y de fibra.
Sin olvidar las patatas, que se pueden hacer de mil formas
diferentes: al horno, en sopas y caldos con otras verduras, y estofadas.
Durante los meses de invierno tampoco hay que olvidarse del
agua, un verdadero nutriente que en invierno ayuda a mantener las mucosas
hidratadas, favoreciendo la expulsión de mucosidades cuando se está resfriado.
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