La Rosa Mosqueta es un arbusto del sur de América, zonas como la Patagonia, Chile y Perú. Esta planta silvestre se compone de ramas delgadas con una cantidad de espinas. Durante su floración echa unas flores blancas con pinceladas rosáceas, de aquí sale su fruto repleto de semillas que representan el 70% del peso de esta. Es de sus semillas es donde se extrae este aceite tan beneficioso para la salud.
El aceite de la Rosa Mosqueta, descubierto por la Facultad de Química y Farmacología de la Universidad de Concepción en Chile, se demostró en un estudio sus grandes propiedades curativas. Se realizaron pruebas en 200 pacientes que tenían cicatrices de cirugías recientes o quemaduras entre otras afecciones, en todos ellos hubo mejoría o atenuación de los efectos de estas.
Hay que darle las gracias a sus altos contenidos de ácidos grasos esenciales piliinsaturados, el linoleico (entre un 44 y 49%) y el linolénico (entre 28 y 34%), ambos relacionados con la síntesis del colágeno. Tiene un uso muy recomendado para zonas de la piel donde existe una alta renovación de células pues ayuda a este proceso.
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