miércoles, 11 de septiembre de 2013

Tu piel y los exfoliantes

Para valorar perfectamente la importancia de los exfoliantes, primero es importante conocer por qué debes exfoliar tu cuerpo. Los exfoliantes ayudan a eliminar las células muertas de la piel, de esta manera conseguimos una piel más lisa y suave y un tono uniforme si vamos a tomar el sol. También ayudan a tonificar tu piel y a mantener más tersos tus músculos. Iluminan el tono y facilitan una mejor absorción de cualquier cosmético que te apliques.

Algunas zonas como los talones, los codos o las rodillas pueden tener un aspecto áspero y menos bonito y saludable que el resto de tu piel. Si exfolias estas zonas más conflictivas, conseguirás igualar el aspecto de tu piel y así evitar el aspecto reseco o escamoso de estas zonas. Como ves, todo son beneficios y tu piel notará un gran cambio: más salud y más belleza.
 


Ahora que ya sabemos porque hacerlo, ¿qué os parece saber cómo hacerlo?

Es fácil, solo tienes que ponerte manos a la obra una vez a la semana. Con una esponja o cepillo indicado para exfoliaciones, frota todo tu cuerpo con suavidad, haciendo hincapié en las zonas más problemáticas. Puedes hacerlo en la ducha o en la bañera (la mayoría se utilizan con agua aunque los encontrarás también en seco) y tras enjuagarte, notarás el cambio y tu piel rebosará belleza.

Después de hacerte una exfoliación, aplícate una buena dosis de crema hidratante, para que tu piel se rehidrate. Una vez que hayas empezado, y tras unas semanas de continuidad, puedes espaciar tus exfoliaciones a una vez al mes.


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