Con la llegada del fin del año llega la 'presión' por meternos en ése vestidito que tanto nos gusta para la Nochevieja o cualquiera de las 'comilonas' o cenas de empresa que tendremos... Acontecimientos que pondrán a prueba nuestra capacidad de estar en forma y ponernos nuestras mejores galas. ¡Manos a la obra!
1. Visualiza tu objetivo. Pero no en kilos, sino en salud. Si tu objetivo es caber en 'ése' vestido, el objetivo debe ser ése. Y ninguno más. Pero piensa en tu cuerpo como un todo. La clave está en entrenar todo; no centrarte sólo en glúteos, piernas, abdomen...
2. Entrena con un plan. Hazte un 'planning' que te permita cumplirlo. No se puede pasar de 0 a 100 en 2 segundos. Igual que tienes que tener un objetivo realista, tu entrenamiento también tiene que serlo. Comienza poco a poco y ve aumentando la carga y el ritmo de ejercicio conforme pasen las semanas. No es una carrera contrarreloj, simplemente es una puesta a punto. Un entrenamiento demasiado intenso hará que la fatiga y las agujetas te hagan abandonar antes de lo que crees.
3. Constante, sí. Estricto, no. Un entrenamiento estricto puede hacer que acabemos antes de empezar. La constancia, el tener un plan y seguirlo es la clave. Pero tampoco pasa nada porque un día no puedas, entrenes menos tiempo o no tengas ganas. No somos máquinas, y nuestro cuerpo también necesita un respiro de vez en cuando. La clave es incorporar una rutina de ejercicio a tu día a día. Lo demás vendrá solo.
4. Mejor una rutina global que una específica. Si, salir a correr está muy bien. Igual que levantar pesas. Pero lo queremos TODO. ¿Qué hacer? Apuesta por rutinas que aúnan fuerza y ejercicio aeróbico y combínalo con el descanso adecuado. Empieza poco a poco, e incrementa la dificultad día a día, semana tras semana...
5. Busca un 'personal trainer'. Si hasta ahora, el gimnasio no te ha funcionado... ¿Para qué apuntarte una vez más? Quizás ha llegado el momento de probar otras cosas. Y lo mismo sucede con el 'running', la bicicleta estática, la cinta de correr... Llega el momento de cambiar. Un entrenador personal puede ser una buenísima opción si ves que tus objetivos no acaban por llegar. Contratarlo un mes no te supondrá un gran desembolso y te puede ayudar y dar pautas que antes no tenías.
6. Si no has podido, que no se diga que no lo has intentado. Si, con todo, ves que no llegas a tu objetivo, no desesperes. Éste tiene que ser el primer paso hacia una vida más sana, más completa, más plena. De todos modos, lo que hayas aprendido en el tiempo que hayas estado haciendo ejercicio lo deberás aplicar en el futuro. ¡Dale duro!
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