No picar entre horas. Haz cinco comidas al día: comida, desayuno, cena y dos tentempiés (media mañana y merienda). Es fundamental mantener estables los niveles de insulina, para que no tengas esa sensación de “me comería la nevera”.
La semana tiene 21 comidas fundamentales. Si hacemos bien 15, eso que llevamos ganado. De lunes a viernes intenta ser más rígida y relájate un poco el fin de semana. Si te apetece una cerveza o un helado, tómatelo. La comida es parte fundamental del disfrute de la vida. La clave, como en casi todo, está en tener medida.
Toma verduras y frutas de temporada. Las verduras mejor al vapor porque conservan mucho mejor todas sus propiedades.
Bebe mucha agua. Coge el hábito de tener siempre una botella cerca para que no se te pase.
Intenta reducir la bollería industrial. Evita los alimentos que tengan azúcar, o sus derivados (jarabe de malta de cebada, edulcorante de maíz, dextrina, dextrosa) entre sus tres primeros ingredientes. En las etiquetas los ingredientes aparecen ordenados por peso.
Y lo más importante, come cuando tengas hambre y no cuando estés aburrido. Un truco: si no tienes hambre como para comerte una manzana es que no estás hambriento.
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