En la sociedad actual en la que nuestro ritmo de vida se ve
muy afectado por los horarios laborales, encontramos un elevado número de casos
de pacientes con problemas en el aparato
digestivo y el sistema nervioso. Los principales afectados, suelen ser personas
que trabajan en diferentes turnos y, especialmente, los que trabajan en turnos
fuera de los habituales.
Los continuos cambios dificultan la adaptación del organismo
y conlleva problemas de sueño y también digestivo como consecuencia de una
alimentación desordenada. De hecho, la alimentación juega un papel fundamental
a la hora de tratar de contrarrestar los efectos negativos de una jornada
laboral cambiante.
Entre las medidas que
podemos tomar en el caso de que vivamos en esta inestabilidad de horarios
destacaremos las siguientes:
. Ingerir preferentemente alimentos calientes.
. Seguir una dieta ligera en grasas.
. Si se trabaja de noche, evitar en la medida de lo posible
las bebidas estimulantes, pues en exceso son perjudiciales.
. La comida casera siempre es más favorable para nuestra
salud que recurrir a la comida rápida o a comer bocadillos.
. Es aconsejable sentarnos a comer, pues hacerlo de pie no
contribuye a la correcta digestión.
En el caso de los puestos de trabajo nocturnos, generan
mucho estrés, estreñimiento y falta de apetito, lo que hace que recurramos a
una alimentación de peor calidad.
En consecuencia, es fundamental tratar de minimizar los
efectos negativos del trabajo a turnos y del horario nocturno. La clave radica
en mantener unos hábitos alimentarios correctos.
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