martes, 1 de julio de 2014

Cuando comemos mal por cuestiones de trabajo

En la sociedad actual en la que nuestro ritmo de vida se ve muy afectado por los horarios laborales, encontramos un elevado número de casos de pacientes con problemas en  el aparato digestivo y el sistema nervioso. Los principales afectados, suelen ser personas que trabajan en diferentes turnos y, especialmente, los que trabajan en turnos fuera de los habituales.

Los continuos cambios dificultan la adaptación del organismo y conlleva problemas de sueño y también digestivo como consecuencia de una alimentación desordenada. De hecho, la alimentación juega un papel fundamental a la hora de tratar de contrarrestar los efectos negativos de una jornada laboral cambiante.
Entre las  medidas que podemos tomar en el caso de que vivamos en esta inestabilidad de horarios destacaremos las siguientes:

. Ingerir preferentemente alimentos calientes.

. Seguir una dieta ligera en grasas.

. Si se trabaja de noche, evitar en la medida de lo posible las bebidas estimulantes, pues en exceso son perjudiciales.

. La comida casera siempre es más favorable para nuestra salud que recurrir a la comida rápida o a comer bocadillos.

. Es aconsejable sentarnos a comer, pues hacerlo de pie no contribuye a la correcta digestión.

En el caso de los puestos de trabajo nocturnos, generan mucho estrés, estreñimiento y falta de apetito, lo que hace que recurramos a una alimentación de peor calidad.


En consecuencia, es fundamental tratar de minimizar los efectos negativos del trabajo a turnos y del horario nocturno. La clave radica en mantener unos hábitos alimentarios correctos.

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