- Un índice de masa corporal elevado
- Una ingesta reducida de frutas y verduras
- Falta de actividad física
- Consumo de tabaco
- Consumo de alcohol
Si cuidamos nuestra alimentación procurando que sea saludable, equilibrada y reducida en la ingesta de alcohol, tendremos ya un buen camino recorrido. La dieta es mucho más importante de lo que creemos: cuida tu alimentación no sólo con fines estéticos, sino como medio para preservar tu salud.
El ejercicio físico debe ser una parte más de tu vida: no hagas de tu entrenamiento algo excepcional e inclúyelo en tu rutina diaria. Cada uno de nosotros, en la medida de nuestras posibilidades, debería incluir al menos 30 minutos diarios de actividad física. No tiene por qué ser una rutina de gimnasio: simplemente caminar a buen paso o subir las escaleras de casa nos puede ayudar a mejorar nuestra capacidad cardiovascular.
Llevar un estilo de vida saludable puede abrirnos las puertas para la prevención frente a enfermedades como el cáncer.
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