Nuestro
ritmo de vida diario, frenético en muchos casos, nos obliga a ir acumulando tensiones
y nervios en todo momento. El paso del tiempo hace que toda esa energía
negativa vaya creciendo, hasta que llega el momento de darle salida. Cada
persona tiene su propia receta para relajarse y desconectar durante un rato.
Los hay que optan por un fin de semana en un balneario, otros prefieren
descargar adrenalina en un parque de atracciones, y cada día son más los
que se apuntan a un nuevo deporte para liberar ese estrés: el paintball.
La
práctica del paintball podemos enfocarla desde dos puntos de vista: el primero,
como entretenimiento con los amigos, y el segundo, como deporte en
equipo.
La esencia
de cualquier partido de paintball es la de enfrentar a dos equipos que buscan
un objetivo común. Lo primero que haremos nada más llegar es recibir las instrucciones
de los monitores. Desde el primer momento, dejarán claro que no se puede
disparar fuera de la partida, y que el uso de la máscara de protección es
obligatorio en todo momento, sin excepciones. Sólo podremos quitarnos la máscara
cuando entremos en una zona de seguridad que nos asignen, lejos de la zona de
juego.
El equipo
que llevaremos encima consistirá en la marcadora (pistola de pintura que
funciona con botellas de gas), una máscara completa, un mono para no mancharnos
la ropa y una o varias recargas de bolas. Una vez repartidos los equipos,
comienza la acción.
El paintball
se ha convertido en una alternativa real para liberar tensiones y
disfrutar de un día con los amigos.
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