¿Habéis practicado alguna vez esquí y os ha enganchado como deporte de invierno? No os perdáis las diferentes disciplinas, que si bien es cierto que no todos podemos disfrutar practicando, al menos sí podemos disfrutarlas como espectador.
El esquí artístico o libre, nació en los años sesenta en los Estados Unidos. Combina la velocidad del esquí alpino con la agilidad de los gimnastas: los esquiadores realizan giros, saltos, volteretas, y otras acrobacias en el aire. Las tres modalidades más conocidas son: ballet, baches y saltos.
Esquí cross. Esta modalidad es relativamente nueva en la competencia de esquí, se aprobó el 28 de noviembre del 2006 durante la reunión de la Comisión Ejecutiva del Comité Olímpico Internacional.
El esquí cross A pesar de ser un evento de carreras programado, a menudo es considerado parte de esquí estilo libre, ya que incorpora las características del terreno que se suelen encontrar en estilo libre, similar al 'boardercross' del 'snowboard', en la que los atletas corren en grupos por un trazado que incluye saltos, giros y desniveles. Hasta ahora el programa de esquí artístico o de estilo libre sólo incluía pruebas de saltos acrobáticos y de baches.
Esquí de fondo. Los fondistas recorren largas distancias cuesta arriba (técnica de ascenso), cuesta abajo (técnica de descenso) y en el terreno llano (técnica de llano), equipados con esquís ligeros y estrechos y bastones para impulsarse. Los esquís son más ligeros que los utilizados en pista, disponen de microescamas un tejido sintético repleto de millones de pelitos que impiden al esquí retroceder incluso en las laderas más pronunciadas. De esta forma, la ascensión ya sólo está en manos de nuestra fuerza, técnica y resistencia. Tanto las fijaciones al igual que las botas están articuladas para permitir la flexión del pie.
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