Las recomendaciones de agua deben ser personalizadas y se tendrán en cuenta los factores ambientales y los energéticos y fisiológicos del individuo.
Por norma general en adultos se recomienda consumir entre 2 y 2,5 litros de líquidos al día. Se debe mantener una correcta hidratación cuando se realice una actividad física ya que puede producirse un aumento de temperatura corporal y sufrir un golpe de calor.
Es fundamental evitar la sensación de sed bebiendo líquido a lo largo del día, ya que cuando ésta aparece quiere decir que ya se ha producido cierto grado de deshidratación en el organismo. Se deben consumir alimentos ricos en agua como las frutas y verduras, caldos, sopas, gazpachos…
Evitar la actividad física durante las horas centrales del día cuando las temperaturas son elevadas con el fin de no perder líquidos corporales en exceso y que se produzca un golpe de calor. Tampoco es recomendable una ingesta demasiado elevada de agua puesto que puede producirse una retención de líquidos.
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