El propóleo: defensa natural contra el frío

El propóleo o própolis en estado bruto contiene 500 veces más bioflavonoides que las naranjas, las cuales son altamente conocidas por sus beneficios para combatir el frío y mejorar las defensas.

El propóleo es una resina de composición compleja recogida de las yemas y cortezas de los árboles por las abejas, que la emplean para desinfectar las celdas de la colmena. La colmena es uno de los lugares más estériles conocidos en la naturaleza.

Fundamentalmente, es un magnífico biorregulador, rehaciendo la capacidad de defensa, funcionamiento y adaptación del organismo. Además de su amplio efecto antibacteriano, el própolis estimula la reacción inmunológica del organismo, complementando ambas funciones sin producir alteraciones de la flora bacteriana, cosa que ocurre con los antibióticos de síntesis.

Recomendado para

• Aumentar defensas en épocas de frío 
• Tos, dolores de garganta, resfriados, faringitis y anginas.
• Contra la caries.
• Para curar infecciones bucales, llagas, heridas, quemaduras, inflamación de encías, dolor de muelas, etc. 
• Desinfectante, desinflamatorio y un poco anestésico.
• Otitis

El origen del té

Hay varias leyendas respecto al origen del té. Los japoneses y los hindúes dicen que fue traído por un monje budista llamado Bodhidharma. Pero la leyenda más aceptada es la que dice que el té fue descubierto en China por el emperador Shen Nung.

Cuenta la leyenda que un día el emperador se encontraba bajo un árbol descansando. Anteriormente Shen Nung había impuesto reglas de higiene que incluían el hervir el agua antes de tomarla. 

Ese día el emperador estaba esperando que su agua se enfriara cuando unas hojas del árbol cayeron en ella. De inmediato el agua cambió de color. Cuando Shen Nung bebió el agua se sorprendió de aquel delicioso sabor. Pues bien, este árbol era el ahora conocido "árbol de té".

Aunque no sepamos el origen exacto del té, lo cierto es que éste ha sido difundido por todo el mundo. Hoy día existen diferentes variedades del té.

Té negro: Es el té más tomado en el Occidente y en el mundo con un 78% de la población. Su sabor es fuerte y su efecto es estimulante y astringente
Té verde: Esta variedad es un té sin fermentar. Se dejan secar las hojas y se someten al calor para que no se descompongan ni pierdan sus aceites naturales y antioxidantes. Es considerado un preventivo natural del cáncer y las enfermedades cardíacas y hepáticas.
Té rojo: También conocido como Pu-erh. Se desconoce a ciencia cierta cómo se produce este té. Sólo los chinos conocen este secreto pero se cree que es té verde sometido a muchos años de añejamiento. Es un buen desintoxicante del organismo por lo que ayuda a perder peso, a controlar el colesterol y a reforzar el sistema inmunitario.
Oolong: Este es un té semi-fermentado. Su sabor se parece al del té negro. mis-remedios-caseros.com Es un regulador del sistema circulatorio, reduce los niveles de colesterol y la presión sanguínea.

Di adiós a la piel seca

Existen varias causas por las que la piel se reseca. Aunque los parches de piel seca y la comezón puede aparecer en cualquier parte, es más común en los brazos, las manos, las piernas y el abdomen.

Generalmente con la piel seca es más la incomodidad por lo que se siente que por lo que se ve, aunque en algunas personas, en especial si tienen piel de color oscuro, la resequedad se puede ver a simple vista.

Si no se trata, la resequedad en la piel se puede convertir en dermatitis, una inflamación de la piel. La buena noticia es que, por lo general, se puede resolver el problema con el cuidado debido de la piel.

Remedios caseros para la piel seca

Aceite de oliva para la piel seca: Aplique aceite de oliva con una gasa todas las noches después de lavar la cara.

Gérmen de trigo: Otro ingrediente para cuidado de la piel reseca es el gérmen de trigo. Agregue dos cucharadas de germen de trigo a su cereal todas las mañanas. Su alto contenido de vitamina E es muy beneficioso para el cutis seco.

Evitar el consumo de tabaco: El fumar dificulta la oxigenación de los tejidos lo que causa que la piel se reseque y se arrugue muy rápido.

Jengibre: remedio natural contra el frío

Las mujeres principalmente, aunque también algunos hombres, sufren, especialmente en invierno, de pies y manos frías. Un remedio natural para aliviar o mejorar cuanto menos este mal es el jengibre. Este tubérculo originario de Asia es una de las especias más conocidas tanto por sus aplicaciones culinarias como en su uso medicinal. Tiene un sabor picante muy aromático. 

Las manos y los pies son la parte más distal de las extremidades y su temperatura depende de la llegada adecuada de flujo sanguíneo. Los factores más importantes que influyen en que esa llegada no sea adecuada son: contracción de los vasos sanguíneos, hipotensión arterial, y baja de la tasa metabólica. Lógicamente en invierno, los vasos sanguíneos se contraen pero si el organismo es optimo: dilata el mismo los vasos y hace que la sangre llegue a todas partes.

Propiedades más destacables del Jengibre:
- Calienta el estómago por lo que elimina el dolor y las molestias estomacales asociadas al frío externo, dietas frías, nauseas y vómitos, etc.
- Mejora el flujo sanguíneo, por lo que alivia dolores musculares y articulares, alivia la sensación de frialdad y mejora la movilidad articular en casos de enfriamiento.
- Estimula la obtención de energía y termogénesis del organismo dando sensación de vigor y aumento de energía.
- Protector frente al frío externo.
Remedio casero contra el frío y la tos: Cortar 10 g de jengibre en trozos pequeños y hervir en una taza de agua, añadiendo el endulzante preferido. Puede ser tomado dos veces al día.

Refuérzate contra el frío

Para reforzar bien nuestras defensas durante los meses de invierno, deberíamos tomar al menos dos raciones de verdura y dos piezas de fruta al día, ya que en invierno, con el frío, el estrés y la contaminación atmosférica, el sistema inmunológico se debilita mucho. 

Hay que dar preferencia a las sopas de verdura, ya que sacian, calientan y tienen pocas calorías, así como volver a descubrir los típicos platos tradicionales, como los potajes de la abuela, los purés de legumbres llenas de proteínas vegetales y de fibra. 

Sin olvidar las patatas, que se pueden hacer de mil formas diferentes: al horno, en sopas y caldos con otras verduras, y estofadas. 

Durante los meses de invierno tampoco hay que olvidarse del agua, un verdadero nutriente que en invierno ayuda a mantener las mucosas hidratadas, favoreciendo la expulsión de mucosidades cuando se está resfriado.